MEJORAR LA AUTOESTIMA
Es un factor fundamental tanto en
la preparación como en el desarrollo de las pruebas. La autoestima es el juicio que uno tiene sobre su propia valía
y los sentimientos que ese juicio genera. Quien tiene una autoestima alta, se
encuentra muy satisfecho de su forma de ser y aunque reconoce sus defectos
también se siente con la fuerza necesaria para superarlos.
La persona con autoestima elevada
es capaz de valorar sus características y capacidades, aceptarse como es y
tener una perspectiva positiva de sus posibilidades. La autoestima es el
resultado de las metas conseguidas y si has llegado hasta aquí tú has sido capaz de superar muchos obstáculos
y también puedes vencer éste. Si te valoras poco quizá no eres muy
objetivo.
En primer lugar deberás conocer
cuáles son tus posibilidades de tiempo
y capacidad de organización. Sin
tiempo ni organización no merece la pena que comiences una tarea condenada al
fracaso y que dañará tu autoestima.
En segundo lugar será necesario
conocerse un poco a sí mismo en aspectos tales como voluntad, esfuerzo,
exigencia, responsabilidad y capacidad de lucha para modificar los rasgos que no nos gustan. De esta manera tú te haces a
ti mismo; eres tu propio creador y responsable de lo que eres y de lo que
puedes ser.
Verás que no
hablamos de timidez, habilidades para hablar en público o estrategias de
exposición, porque estos aspectos que influyen en la autoestima sabemos que los
vas a superar conforme vayas poniendo en práctica las orientaciones que te
damos en este libro.
En tercer
lugar puedes lanzarte a organizar la tarea siguiendo las sugerencias que hemos
relacionado al principio del libro considerando que:
Todo se puede mejorar. Comienza por:
- Metas
cortas: ordenar los papeles, buscar un libro, hacer un plan, hacer un índice,
crear un esquema, elaborar un tema, estudiar el tema, etc.
- Temas
concretos de los que ya sabes algo.
- Repaso
diario de lo conseguido.
- Repaso
semanal de los esquemas efectuados.
Todo ello para comprobar los
avances y demostrarte que eres capaz de lograr lo que te propones. Esto
refuerza tu autoestima.
Ante un hecho valorado como
negativo cabe preguntarse. ¿Hay algún
aspecto positivo? Seguro que tiene más de un aspecto positivo, porque nada
está tan mal que no tenga algún provecho y no puedes hacerlo todo rematadamente
mal ni aunque te lo propongas.
Frases de
autoayuda:
- Me gusta como soy.
- Estoy encantado de haberme conocido.
- Como persona tengo mis propios valores.
- Tengo más cosas buenas que malas.
- Soy un “tentetieso”, por muchos
golpes que lleve siempre me levanto.
- Voy bien y voy a ir mejor.
- Hoy he conseguido un esquema “chachi”.
- Voy progresando en el temario.
Si aún
sigues dudando de tu valía haz una lista de las 10 cosas buenas que tienes.
Pregunta a tus padres, a tus hermanos, a un amigo. Puedes encontrar más de 30
cosas buenas que tienes y no ves.
Algunas de ellas pueden ir en la dedicatoria de este libro.
Por la mañana, mientras te peinas
recuerda que hoy es San Piropo. Mira
el espejo como si fueras otra persona, sonríe
para seducirte (aunque sea sin gana; es cuestión de práctica) y dedícate
una frase agradable o un beso.
Según la escritora Ana María Tomás, nadie es tan sincero y
generoso como el espejo. Él refleja tu realidad y es capaz de ayudar en tus
cambios, hacer fructificar tus capacidades, encontrar tus habilidades y
colaborar en sacar lo mejor que hay en ti.
Piensa que te estás entrenando
para seducir a los demás, pero debes empezar
por gustarte tú:
ü Gracias, por decirme las cosas buenas que
tengo”.
ü Gracias, por decirme las cosas que puedo cambiar”.
ü Soy una persona afortunada”.
ü Soy un ser único y aún puedo mejorar”.
ü ¡Qué suerte tengo de ser yo!”
Si tú no te gustas no le gustarás a los demás.
ü Comienza a
quererte: eres tu creador.
ü Aunque no te
guste alguna cosa, acéptate.
ü ¡A fin de
cuentas sólo te tienes a ti!
ü No te gustan
los defectos, pero puedes cambiarlos, corregirlos e incluso ¡utilizarlos con
ironía!
· “Hasta dormido estoy guapo”.
· “¡Qué grano más lindo! Gracias a él no paso desapercibido”.
· “Tengo una cara con personalidad”.
· “Tengo mirada inteligente”.
· “Mecachis, ¡qué guapa soy!”
ü Ríete de ti
mismo. Nadie te ve y es una forma de comenzar a “relativizar” tus problemas.
ü Si eres
capaz de asumir tus problemas en privado, no te dañarán en público.
ü Cada noche,
mientras te duermes, recuerda el trabajo del día y piensa que puedes sentirte
satisfecho de los avances.
Conforme vas
consiguiendo las pequeñas metas propuestas, concédete gratificaciones. Mímate; te lo has merecido.
PENSAMIENTOS
AUTOMÁTICOS NEGATIVOS
A veces nos evaluamos con
demasiado rigor y nos surgen pensamientos automáticos negativos del tipo:
–
Soy una persona fea.
–
Tengo mala suerte.
–
Todo me sale mal.
–
No lo voy a hacer bien.
–
Soy un vago.
–
Incapaz de concentrarme.
–
No tengo memoria.
–
Soy inútil.
Todos estos aspectos tienen
solución. Ni siquiera queriendo se hace todo mal o ¿eres tan importante que la
Diosa Desgracia sólo se fija en ti? Si es así, ¡ya eres una persona especial y
única!
Ante esta situación sólo cabe
oponer mensajes más objetivos y
positivos, como venimos diciendo, o estos otros:
ü Una cara fea tiene personalidad...
ü Conforme me hago mayor tengo más...
ü Me he sentido bien y feliz cuando...
ü Puedo sentir el orgullo de...
ü Mi familia me quiere...
ü Mis amigos me aprecian...
ü He conseguido...
ü Voy a buscar otras estrategias...
ü Pediré consejo sobre...
ü Yo he logrado...
ü Tengo las siguientes cualidades...
ü ¡Cada vez estoy más feliz conmigo!
Cambiar los pensamientos
negativos y mejorar tu autoestima no es válido sólo para un examen. Podrás ser
mejor compañero, mejor amigo, mejor jefe, mejor profesor y mejor padre o madre,
puesto que para transmitir una actitud
positiva primero debes tenerla hacia
ti mismo.
Mímate de vez en cuando, para lo
que puedes frecuentar el contacto con personas que te agradan, te valoran y te
proporcionan un “baño de cariño”.
También
puedes mimarte con cosas que te gusta hacer, lugares en los que disfrutas,
alimentos que te reconfortan, música, lectura, charla, ejercicio, baile e
incluso soledad para encontrarte y que “nadie
te precise” ( Rudyard Kipling ).
Esperamos
que no seas un mal padre-madre
contigo mismo y que puedas decir: “¡Hoy estoy mucho mejor!”